Sistemáticamente hace teatro cada dos años. Y ya son 30 desde que en 1986 debutara con el personaje de Julieta. Maribel Verdú hace de Emilia en Invencible, un drama cómico, ambientado en un barrio humilde de la periferia con el que la que regresa a las tablas, junto a Pilar Castro, Jorge Bosch y Jorge Calvo, bajo la dirección de Daniel Veronese. Interpreta a una burguesa de estatus social y cultural elevado que se ve obligada, por la crisis económica, a emprender una nueva vida y una relación con sus nuevos vecinos de clase trabajadora que acaba por convertirse en pesadilla. Un proceso interpretativo complejo y repleto de altibajos emocionales y registros dispares, que Maribel Verdú hace parecer fácil como solamente las grandes actrices son capaces.
Madrid es Noticia entrevista a Maribel Verdú unas horas antes del estreno de Invencible en los Teatros del Canal, donde estará con la obra hasta el día 20 de noviembre, antes de continuar una gira que se extiende hasta marzo de 2017.
Uno pudiera pensar que con la experiencia que la acompaña y el general reconocimiento a su carrera, los nervios serían cosa del pasado. Sin embargo, muestra la misma emoción e ilusión que en su primera función y parece entusiasmada con el último ensayo con sus compañeros. Nada más lejos del tópico de estrella distante y vanidosa.
¿Cómo vive Maribel Verdú en este momento el reconocimiento profesional?
Lo relativizo todo mucho en el día a día y ni tan siquiera soy consciente de donde estoy ni me paro a pensar lo que piensa la gente de mi. Sí que siento el cariño y el respeto con el que me trata el público, pero lo vivo con naturalidad. Son cosas que se han incorporado de un modo muy normal hasta formar parte de mi vida poco a poco. Además, aunque damos la cara no podemos olvidar que detrás hay mucha gente que lo hace posible.
Quizás parte del éxito logrado tiene que ver con ese cuidado y espacio que siempre tienes para tu equipo.
Es que no somos nada sin el equipo. Toda esa gente que hace además muy llevadero el trabajo y lo facilitan de una manera bestial. Por ejemplo, en ‘Invencible’ el trabajo de la ayudante de dirección -Maite Pérez- ha sido increíble, siempre estaba ahí. No podríamos levantar el telón sin todas esas personas, desde el técnico de sonido hasta el personal de sala que acompaña al público. Nunca me olvido de todo lo que llevamos detrás.
Toda esta naturalidad recuerda a tu personaje Emilia, que siempre, siempre se esfuerza en decir la verdad. ¿Maribel Verdú no dice ni siquiera alguna mentira piadosa?
¡Absolutamente! Al contrario que ella, no creo que haya que decir siempre la verdad. Con los años me he dado cuenta de que cuando vas a hacer daño al de enfrente, hay que evitarlo. Lo terrible es que me pregunten… Pero sí, aunque por mi naturaleza no tengo pelos en la lengua y siempre digo lo que pienso, soy de las que cree que una mentira piadosa a tiempo salva muchas cosas… Las verdades gratuitas y dañinas son un error y me cuido mucho de no hacer daño.
Detrás del papel de Emilia no solamente hay un relato de clase social, también aflora un elemento ideológico o político.
La verdad es que, aunque el personaje está bastante alineado con mi visión del mundo, yo no soy tan extrema ni fundamentalista como ella. En esto sí que estoy del lado de mi personaje, aunque dejo de lado ese aspecto más radical que aparece en algunos momentos.
¿En algún momento te ha supuesto una dificultad la condición de mujer?
Personalmente no he notado dificultades, afortunadamente esta es una profesión nada machista. Son pocos los hombres que me he cruzado intentando ejercer su poder.
A tu personaje también le golpea la crisis, es una situación dramática que todo el mundo ha vivido de un modo u otro de un tiempo a esta parte…
Sin duda, y lo digo sabiendo que en este momento tengo mucha suerte y soy una privilegiada, pero no vivo en una burbuja. Todos hemos pasado por momentos de crisis, pero me gusta afrontar esos trances con paciencia y buen ánimo, pensando que las cosas buenas pasan… y las cosas malas también. Sé cómo están las cosas ahí afuera, lo veo en personas muy cercanas. Entonces lo importante es intentar ayudar lo máximo posible a la gente que lo necesita, con la mejor actitud posible.
Y sin embargo siempre se encuentra un espacio para el humor. Entre tanto dolor, la obra es, además, un no parar de reír. ¿También fuera del escenario?
Mucho… Para mí es muy importante la complicidad con los compañeros, piensa que cada vez que hago teatro me paso un año o más con ellos, así que no solamente quiero buenos actores a mi lado sino, por encima de todo, buenos compañeros, con los que pueda disfrutar de una gira, buen sentido del humor y compartir momentos y gustos. De hecho, tenía muchas ganas de trabajar con ‘los Jorges’, nos conocemos y somos amigos hace tiempo y trabajar juntos ha sido un sueño cumplido. Y qué decir de Pilar, que se ha embarcado en el proyecto de un modo tan generoso.
Es la primera vez que trabajas con Daniel Veronese, ¿cómo ha sido el trabajo de dirección?
Nos hemos entendido muy bien porque lo que pide por encima de todo es verdad. Huye de la impostura y todo lo que resulte forzado. Y yo también entiendo el trabajo de interpretación como un ejercicio de verdad y naturalidad. En lo personal también hemos tenido una gran conexión y entendimiento hasta ser amigos. ¡Ha sido un proceso tan maravilloso y feliz que ya queremos repetir!
Hablar con Maribel Verdú y no preguntar por el próximo proyecto cinematográfico sería un sacrilegio: 60 películas, 10 nominaciones a los Goya, 2 Goyas, miembro academia Hollywood, celebridad en México… ¿Cuál será la próxima película en la que podamos verte?
El 16 de diciembre estrenamos ‘El Faro de las Orcas’, de Gerardo Olivares. Tengo que decir que, además de un trabajo precioso, ha sido uno de los viajes más maravillosos de toda mi vida, con todo lo que conlleva la palabra viaje. Ha sido una experiencia vital para recordar y espero poder compartirlo con el público y que lo vivan con la misma emoción.