El silencio y la sorpresa han reinan desde este jueves en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares de Madrid, donde una auxiliar de enfermería ha sido detenida acusada de haber matado supuestamente a una paciente de 86 años ingresada en el centro al inyectarle aire por vía venosa.
A pesar de que el caso se encuentra bajo secreto de sumario y la investigación sigue abierta, un enfermero del propio centro ha afirmado a Europa Press que los auxiliares no están capacitados para manipular las vías, un trabajo reservado «solo para los enfermeros», por lo que piensa que «más que negligencia sería otra cosa», aunque confiesa que él no está «capacitado para juzgar».
En todo caso, el trabajador ha asegurado que «como profesional y como persona» le preocupa que pueda haber profesionales en el ámbito sanitario «que cometan esas negligencias».
Por su parte los pacientes y familiares que se encuentran en el hospital han reconocido sentirse «impresionados» con este caso, ya que «es penoso y triste saber que hay un enfermo y hay una persona que haga esto».
Tal es la situación para ellos que incluso algunos han llegado a afirmar que no volverán a «este hospital». En todo caso, la mayoría de las familias de los pacientes se mantienen «tranquilas», ya que «lo que sea va a salir a la luz y si es ella lo pagará».
El Sindicato de Técnicos de Enfermería ha mostrado su repulsa y conmoción por el presunto asesinato de una paciente a manos de la auxiliar.
En un comunicado, el sindicato ha pedido esperar a que la investigación policial «siga su curso» y a «obtener más información cuando el juez levante el secreto de sumario». Asimismo, espera que «este tipo de actuaciones no se repitan nunca más en ningún ámbito. «Estos hechos nos sobrecogen a todos, tanto a los profesionales sanitarios como a la sociedad en general», apunta.