El Museo Naval ha diseñado un nuevo itinerario con motivo del 450 aniversario del primer viaje del Galeón de Manila, que recorre 250 años de la historia de España, desde 1565 a 1815.
A partir de este martes se puede recorrer dentro del museo este nuevo itinerario de forma libre o en visitas guiadas, que tendrán lugar los sábados y domingos a las 11.00 horas.
Se trata de un recorrido histórico por medio de una serie de piezas (modelos, cartografía, imágenes religiosas, cuadros e instrumentos náuticos) que sirven para describir la ruta más larga y peligrosa de la navegación comercial a nivel mundial, que estableció las primeras bases de lo que hoy en día conocemos como globalización, según explican los organizadores en un comunicado.
El descubrimiento del tornaviaje o ruta de regreso de Manila a Nueva España a través del océano Pacífico supuso una de las hazañas más importantes de la historia de la Marina Española, que fue posible gracias a la valentía y a los conocimientos astronómicos y cartográficos de un religioso agustino llamado Andrés de Urdaneta.
Se creó una ruta de comercio, que duraría 250 años y que hizo que las naves españolas viajaran dos veces al año desde Filipinas a los puertos de Nueva España, hoy México.
Aquellos galeones llevaban valiosos cargamentos de especias, seda, marfil, porcelanas muebles lacados, abanicos chinos, jarrones de la dinastía Ming, que se vendían en los mercados europeos.
Ocho años después de que Urdaneta descubriera el tornaviaje comenzó la línea marítima desde Manila a Acapulco con lo que se denominaba el Galeón de Manila, o también la Nao de China.
Desde el gran descubrimiento del mar del sur en 1513 por otro español, Vasco Núñez de Balboa, el Galeón de Manila se convirtió en la segunda conexión que España tuvo con el océano Pacífico.
Fue una ruta de intercambios comerciales, de productos muy variopintos como especias, plata procedente del país mexicano, porcelanas y seda china.
La ruta se prolongaba por tierra, desde Acapulco a Veracruz y finalmente por mar, desde Veracruz hasta Sevilla. Una vez situados en el archipiélago filipino, los españoles comerciaban con: China, Japón, las islas Molucas, Camboya, Malasia y la India.
El circuito arrancaba y finalizaba en Sevilla, cruzaba el Atlántico y Nueva España, se prolongaba por el Pacífico y terminaba en Manila.