Desde sus inicios fue bautizada como la Estación Norte siento una estación ferroviaria que unía Madrid con Irún facilitando el carbón del norte a la capital, ya que estaba empezando a desarrollarse
industrialmente además de transporte algunos productos frescos. Comenzó como una línea provisional en 1861 e inaugurada 21 años después por la compañía Los Caminos de Hierro del Norte, convirtiéndose en una de las más destacadas de España.
Con la Guerra Civil la estructura y fachada de la estación quedó muy dañada por la cercanía de los enfrentamientos. Además, la compañía propietaria de la estación, Los Caminos de Hierro del Norte, quebró y la Estación del Norte se vio al borde de la desaparición.
Pero el Estado intervino en la Estación y creó un ente estatal, RENFE, que se encargaría de gestionar toda la red ferroviaria de España. Así, se convertiría en la cabecera más importante con la zona norte de España y la segunda de Madrid, tras Atocha.
Pero su esplendor duró poco, ya que años más tarde se inauguró la Estación de Chamartín, a donde se desvió el tráfico ferroviario y comenzando el declive de la Estación Norte hasta su cierre en 1993.
En la década de los 90, se planteó un proyecto obra del ingeniero Javier Bustinduy. En él se establecía reabrir la estación incorporando nuevos medios de transportes como el cercanías, el metro e incluso parada de autobuses. Un conjunto de planes que sirvieron para que la estación rebautizada como Príncipe Pío reabriera sus puertas como un gran intercambiador de transportes.
Además, la estación de Príncipe Pío cuenta dentro de sus instalaciones como un gran Centro Comercial con zona de ocio y restauración, al que da nombre, satisfaciendo así a todos los viajeros.