El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado definitivamente el Plan Especial de protección y puesta en valor de los lienzos de las antiguas murallas árabe y cristiana de Madrid, con el fin de dar a conocer estos restos históricos, sin duda parte fundamental del origen de la capital y que habían sufrido décadas de deterioro.
El objetivo principal de este plan es poner en valor los lienzos de la muralla antigua, por lo que se establecerá una normativa específica de protección en las parcelas y espacios públicos donde se encuentre trazado constatado y probable de la muralla, así como su ordenación y catalogación de los elementos protegidos.
Además, se promoverá la puesta en valor de zonas verdes para que sirvan como puntos de contemplación y de divulgación cultural de la muralla.
En segundo lugar, se busca la segregación de la parcela ubicada en la calle de Bailén, 12, con el objetivo de adaptarse a la parcelación histórica y al trazado de la muralla, recuperando el espacio a nivel de planta inferior para descubrir y potenciar los restos de la muralla existentes e incorporar su presencia al recinto del Parque del Emir.
Este plan afecta al Área de Planeamiento Remitid «Muralla», con una superficie de 25.748,19 m2 y constituido por tres manzanas discontinuas del casco histórico (Escalinata-Espejo, Almendro-Cava Baja y Parque del Emir), y se extiende a un Área de Protección de la Muralla, con una superficie de 300.873 m2, que abarca las manzanas anteriores, así como las parcelas edificables públicas y privadas, parte del viario y espacios libres que contienen o pueden contener restos de la antigua muralla de Madrid.
Siglos de descuido a los que por fin se pone remedio
Pese a haber sido declarada Monumento Nacional en 1954 y ser considerada la edificación en pie más antigua de la capital (el periodo de construcción se produjo entre el 850 y 866), la muralla árabe ha sufrido daños de consideración en repetidas ocasiones y no se conservan demasiados vestigios. Sin embargo, todavía podemos pasear por algunos de sus restos.
Con esta acción se da la importancia a uno de los tesoros más singulares de la ciudad, cuyos restos más visibles están en el parque del Emir Mohamed I, junto a la Cripta de la Catedral de la Almudena, donde se conserva un tramo de más de 120 metros de longitud, que ha sido integrado en dicho parque, llamado así en referencia a Muhammad I de Córdoba, considerado el fundador de la ciudad.