Esta calle se dedicó al General Baldomero Espartero, aunque nunca se ha conocido por este nombre, sino por Príncipe de Vergara que fue uno de los tantos títulos nobiliarios que tuvo el General. Algo similar a lo que ocurrió en Valladolid con la calle Duque de la Victoria, otro de sus títulos nobiliarios.
Después de la Guerra Civil, la calle cambió de nombre y pasó a llamarse General Mola. Impulsado por el carlismo, se bautizó en memoria al General, muerto en un accidente aéreo y principal organizador del golpe de estado contra la 2º República.
En 1981, Enrique Tierno Galván, el que fue alcalde de Madrid, recuperó su nombre inicial junto a otras 26 calles.
En un principio, la calle Príncipe de Vergara estaba diseñada para ser un bulevar con árboles y jardines en el centro, pero tras sufrir varias remodelaciones y ampliaciones por tramas, se decidió suprimir el bulevar y permitir espacios para la circulación de coches.
Gracias a su longitud y anchura, la calle ha sido protagonista de numerosos actos deportivos, manifestaciones, incluso se intentó instalar un velódromo urbano que duró dos meses debido al incremento del tráfico.
Príncipe de Vergara es una calle, que actualmente, forma parte de unos de los barrios con mayor poder adquisitivo, por lo que en su recorrido existen edificios notables como el Monasterio de Nuestra Señora de las Maravillas, el Auditorio Nacional de Música y numerosos colegio como nuestra Señora de Loreto y nuestra Señora del Pilar con años de tradición.