En Madrid hay miles de monumentos que visitar, pero quizás uno de los construidos más recientemente se ha convertido en uno de los más admirados aunque no goce de tanta historia como otros, su punto fuerte es su moderna arquitectura lo que lo ha llevado al podio de la fama hasta convertirse en símbolo de la capital madrileña: la Puerta de Europa o Torres KIO.
La Puerta de Europa se ha convertido ya en un monumento o ícono de Madrid, a pesar de que sean dos torres dedicadas a albergar oficinas de todo tipo de empresas, las más distinguidas no solo de la ciudad sino del país. Este monumento que se ha hecho famoso gracias a su peculiar arquitectura también es conocido como Torres KIO en honor a la compañía que promovió su construcción en la década de los noventa, Kuwuaití KIO.
Tinen una altura de 114 metros distribuidos en 26 plantas. Puerta de Europa I (la de la izquierda en dirección a la salida de Madrid) y Puerta de Europa II, inclinadas de una manera sorprendente, una mirando a la otra 15º respecto a la vertical y con un pasillo que las conecta en las alturas, fueron construidas por los arquitectos estadounidenses Philip Johnson y John Burgee. Para distinguirlas, la de la izquierda dispone de un helipuerto azul y la de la derecha en color rojo.
Actualmente son las segundas torres gemelas más altas de España, solo superadas por las Torres de Santa Cruzen en Santa Cruz de Tenerife. Las Torres KIO se ubican en Plaza Castilla, entre AZCA y las Cuatro Torres Business Area.
La polémica siempre ha sido parte de esta construcción, en su inauguración se dio a conocer un trasfondo de corrupción en relación a la financiación para llevar a cabo este proyecto el cual se conoció como ‘caso KIO’, de la resolución salió culpable Javier de la Rosa y se le imputó el delito de malversación de fondos por el desvío de más de 300 millones de dólares. También gracias a la escalada e introducción del terrorismo en Europa la Puerta de Europa es considerada como uno de los puntos más propensos a sufrir un atentado en Madrid.
No solo se ha convertido en un símbolo de la idiosincrasia madrileña a lo largo de su historia, también ha sido escenario de muchas producciones audioviuales, entre ellas la película de Álex de la Iglesia, ‘El día de la bestia’ y en ‘Torrente 3: el protector’.