El cantante Joaquín Sabina se ha acercado este lunes al tanatorio de la M-30 de Madrid para dar su último adiós a su amigo y compañero en el disco La Mandrágora Javier Krahe, fallecido en su casa de Zahara de los Atunes (Cádiz) este domingo.
Sabina ha sido uno de los primeros en acercarse al Tanatorio y, de hecho, ya se encontraba allí antes de que llegara el cuerpo de Krahe, alrededor de las 19.15 horas. Con unas gafas de sol, un sombrero y un bastón -el artista sufrió un esguince a primeros de junio que le obligó a cancelar conciertos-, Sabina ha abandonado el Tanatorio media hora después.
Acompañado por familiares y amigos, el cantautor no ha querido hacer declaraciones a los medios. Sabina grabó en el año 1981 La mandrágora, su primer disco en directo junto al propio Krahe y Alberto Pérez, álbum que alcanzó un notable éxito y que incluía la canción Pongamos que hablo de Madrid.