El Real Madrid pasó por encima (98-71) del Estrella Roja en la segunda jornada de la Euroliga, dentro del Grupo A, disputada este jueves en el Barclaycard Center, un triunfo que supone la primera victoria para los de Pablo Laso en la máxima competición continental y un nuevo impulso al comedido arranque de temporada en los blancos.
El campeón despertó ante su público. En el mismo escenario en el que se proclamo campeón continental por novena vez, el Madrid dio un paso al frente para sumar buenas sensaciones y añadir la segunda victoria consecutiva, también por paliza como ante el RETAbet.es GBC el domingo, al complicado estreno de curso.
Atrás comienzan a quedar cuatro derrotas seguidas. El exigente año del póker, con un Europeo y un viaje a Brasil como postre, condicionó el arranque de un Madrid que poco a poco carbura y levanta cabeza. Tras la derrota ante el Khimki en la primera jornada de Euroliga, los blancos saborearon su primera victoria a costa de un rival empequeñecido por el festival local.
Apenas existió el cuadro de Belgrado sobre el parqué del Palacio. La dirección y magia de Sergio Rodríguez, el desparpajo de Sergio Llull y Willy Hernangómez, el acierto de Carroll, todo ello se unió para crear una barrera insalvable ya en la primera mitad. El Estrella Roja sufrió un 22-6 en el primer cuarto y en el segundo el parcial dejó 36 puntos de diferencia al descanso.
Con 56-20 en el marcador, Hernangómez había anulado al gigante Schortsanitis y el conjunto de Belgrado, mermado tras los movimientos del verano, apenas tuvo a quién agarrarse. La circulación de balón del conjunto madridista se dio un festín en 20 minutos de nivel, que dejaron sentenciado el partido de cara a una segunda mitad de probaturas.
Laso pudo dar minutos a todos sus jugadores. Doncic, Thompson, Nocioni, Ayón, todos quisieron sumarse a la fiesta, aunque el tercer cuarto dejó en especial los destellos de Rudy Fernández. La franja de los 30 puntos no se movió, aunque el pistón de los blancos bajó y algo de orgullo apareció en los serbios. El campeón apeló a su feudo casi inexpugnable el curso pasado para recordar las ganas intactas de defender título.