Un estudio del Kings College de Londres publicado en Journal of Agricultural and Food Chemistry, ha revelado que la carne de insecto puede ser sustitutiva a la carne de vacuno ya que ofrece un aporte de nutrientes muy similar.
De esta manera, la ingesta de insectos podría servir como una alternativa más sostenible al consumo de carne y pescado capaz de satisfacer las exigencias nutricionales de un planeta cada vez más superpoblado y con menos alimento.
Los investigadores, liderados por Yemisi Latunde-Dada, quisieron averiguar si algunas de estas ‘comidas del futuro’ podrían ser el equivalente a un bistec. Para ello se analizaron los niveles de hierro, calcio, cobre, magnesio, manganeso y zinc contenidos en langostas, grillos, gusanos y larvas del coleóptero Alphitobius diaperinus (gusanos de búfalo). Además, fue evaluada la capacidad que el organismo humano tiene para absorber estas sustancias aportadas por insectos y gusanos.
Los datos del estudio revelaron que de entre los insectos potencialmente comestibles, los grillos tienen los más altos niveles de hierro. Respecto a otros minerales como el calcio, cobre y zinc contenidos en langostas, grillos y gusanos, en estos casos son mucho más fáciles de absorber por el organismo en comparación a los mismos presentes en la carne vacuna. No obstante, aún es necesario seguir investigando sobre las proteínas y hierro que contienen estos insectos.
Aunque en los países occidentales parezca raro comer este tipo de seres vivos y además nos resulten poco apetecibles, lo cierto es que en otras partes del mundo los insectos son la dieta tradicional de cerca de 2.000 millones de personas según un reciente informe del Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Este informe también documentaba hasta 1.900 especies de insectos considerados como fuente de alimentación a nivel mundial.
La FAO lleva trabajando desde el 2003 en temas relacionados con los insectos comestibles en numerosos países de todo el mundo. Sus contribuciones abarcan la generación y el intercambio de conocimientos a través de publicaciones, reuniones de expertos y un portal web sobre insectos comestibles y la concienciación sobre el papel de los insectos a través de colaboraciones con los medios de comunicación.
En virtud de estos favorables resultados, los autores consideran que pueden apoyar la idea de que el consumo de insectos podría satisfacer las necesidades nutricionales de gran parte de la población, haciendo que los insectos puedan llegar a ser el alimento del futuro tanto para niños como para adultos.