Cracovia, al sur de Polonia, es conocida como el lugar perfecto para retrotraerse al pasado y descubrir parte de la historia europea. Sus calles albergan además edificios de un impresionante valor arquitectónico, lo que la convierten en una de las ciudades más sorprendentes y hermosas de Europa.
Si dispones de tres o cuatro días de vacaciones, Cracovia es uno de los destinos turísticos que no dejan con mal sabor de boca. Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad se mantuvo intacta debido a que fue la capital de la Polonia ocupada por los Nazis.
Lo primero que hay que destacar es que desde Madrid hay vuelos directos de tan solo tres horas y media. El aeropuerto se encuentra a una media hora del centro de la ciudad, no obstante, los taxis son muy baratos. En general, Cracovia es barata, se come a muy bien precio en restaurantes y bares. Además estaremos rodeados de un ambiente juvenil ya que es una ciudad en su mayoría universitaria.
Los principales lugares de obligada visita son en primer lugar el Campo de Concentración de Auschwitz I y Auschwitz-Birkenau. En realidad, aunque todos lo conozcan como uno, son dos campos de concentración y gracias a un autobús gratuito, que pasa cada 20 minutos aproximadamente, podemos desplazarnos del uno al otro sin problemas.
Auschwitz I fue el campo de concentración original construido en 1940 para albergar a los prisioneros políticos polacos que ya no cabían en las cárceles. El segundo campo y el de mayor tamaño se construyó en 1941 en la localidad de Bikernau. Este último no era un campo de trabajo igual que los demás, sino que se construyó con la función de exterminar a los prisioneros que entraban en él.
La visita a ambos es también gratuita aunque si se quiere un guía en nuestro idioma el precio subirá hasta los 30 euros. No obstante, una de las ventajas es que podemos sacar las entradas con antelación por internet.
El barrio y el cementerio judío también son dos lugares que hay que visitar. El cementerio se fundó en 1800 y hoy cuenta con más de 10 000 lápidas casi ocultas por la naturaleza. Respecto al barrio judío (Kazimierz), sus principales puntos de interés son las siete sinagogas, el Museo Judío Galicia y la plaza nueva. Además, por sus calles podemos encontrar cada vez más galerías de arte, restaurantes ‘kosher’ y conciertos ‘klezmer’.
La plaza del Mercado de Cracovia es la plaza medieval, antigua mercado, más grande de toda Europa. A lo largo de 40.000 metros cuadrados podemos encontrar tiendas, bares, y entre otros La Basílica de Santa María. Una peculiaridad de este edificio es que cada hora, desde lo alto de una de sus torres, la trompeta suena entonando el ‘hejnal’. La melodía se ve bruscamente interrumpida en recuerdo del trompetista que fue asesinado cuando trataba de alertar a los ciudadanos de la invasión de la ciudad.
Por último, hemos de destacar de la ciudad las Minas de sal de Wieliczka, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y el precioso Castillo de Wawel, uno de los complejos arquitectónicos más valiosos del mundo y el símbolo más representativo de Polonia.
Cracovia se posiciona como uno de los puntos turísticos más llamativos e interesantes de Toda Europa. Tanto si eres un viajero empedernido como esporádico, esta puede ser la ciudad ideal donde pasar varios días envuelto en historia, cultura y arquitectura.