Carmen, Susi y Encarna fueron modernas en los 70 y ahora, al borde de la jubilación, repasan sus logros y contradicciones sin caer en clichés como la soledad o la menopausia, «haciendo una crítica al feminismo desde el feminismo» en la obra que estrena el miércoles el CDN, «Las bárbaras».
Escrita por Lucía Carballal y dirigida por Carol López, «Las bárbaras», que el Centro Dramático Nacional (CDN) lleva al Teatro Valle Inclán, es una comedia de mujeres que se ríen de sí mismas aunque siempre «con humor inteligente».
El tono, explica López, es agridulce porque los personajes revelan en escena sus miserias y dramas pero todo desde un tono desde el que el espectador puede reírse «empatizando con lo que sucede».
A López le gustaría que el público saliera del teatro y abriera debate sobre lo que ha visto, porque el texto de Carballal no ofrece una sola visión «y toca posicionarse».
Las protagonistas se reúnen en un hotel de un pueblo alemán para «recomponerse» tras el fallecimiento de su amiga Bárbara, una arquitecta de 35 años con la que compartían además de discusiones y actividades culturales su gusto por el mus.
Amparo Fernández interpreta a Encarna, representante de la nueva maternidad, es decir, la que ejercen las abuelas; Carmen (Mona Jiménez), es también arquitecta, mentora de Bárbara y ha renunciado a todo por su profesión y Susi (Ana Wagener), pianista y tía de la desaparecida está trizada en la contradicción de ser «la más moderna» pero vivir de su marido.
«Son tres protagonistas femeninas, muy potentes y de una edad que no estamos acostumbrados a ver en escena», subraya López.
La elección del escenario, un salón de un hotel, «ha sido muy importante» para el transcurrir de la acción, en la que también interviene en la parte musical María Rodés.