Aunque ahora vuelven a estar de actualidad por la declaración de un ex funcionario de inteligencia de la Fuerza Aéreas de EE.UU. de que su país conserva naves alienígenas y restos biológicos «no humanos», los avistamientos de objetos voladores no identificados son un tema que ha fascinado a personas de todo el mundo durante décadas.

Madrid no ha sido una excepción a esta tendencia, y, desde que este fenómeno comenzó a cobrar relevancia a mediados del siglo pasado, ha habido varios informes de presencia de OVNIs en la capital y la región a lo largo de las últimas décadas.

UMMO, el germen de las visitas alienígenas

Quizá el más famoso, y que llega hasta nuestros días, es el caso Ummo.

Todo comenzó el 6 de febrero de 1966 en Aluche, cuando un hombre, mientras conducía, atisbó un extraño objeto volador surcando los cielos la ciudad.

Poco después, varias personas en diferentes partes de España comenzaron a recibir cartas en las que se decía que eran de un grupo de seres extraterrestres llamados «ummitas» que supuestamente provenían del planeta Ummo, ubicado en una estrella cercana llamada Wolf 424. Estas cartas, escritas en un lenguaje desconocido y acompañadas de dibujos y diagramas detallados, parecían ser altamente sofisticadas y detalladas.

El contenido de las cartas era muy variado, y abarcaba desde descripciones detalladas de la tecnología ummita hasta teorías sobre la naturaleza del universo. El grupo ummita afirmaba estar realizando una misión de investigación en la Tierra y que estaban interesados en establecer contacto con los seres humanos.

A medida que se recibían más y más cartas, se formaron grupos de seguidores del caso Ummo, que se reunían para discutir y analizar el contenido de las cartas. Aunque algunos creyeron en la autenticidad de las cartas, otros las consideraron una farsa.

A pesar de que el caso Ummo fue objeto de una gran atención mediática en su momento, su origen sigue siendo incierto. Algunos creen que las cartas fueron escritas por un grupo de personas que querían hacer una broma o una especie de experimento social. Otros creen que las cartas podrían haber sido escritas por un grupo de personas que realmente creían en la existencia de los ummitas y estaban tratando de compartir sus conocimientos con el mundo.

En cualquier caso, el caso Ummo sigue siendo un enigma y sigue generando interés y debate en la comunidad ufológica, aunque un reciente documental parece haber arrojado algo más de luz sobre el tema.

El OVNI que provocó un atasco

Uno de los primeros avistamientos «reales» registrados en Madrid tuvo lugar el 5 de septiembre de 1968, cuando un objeto volador no identificado fue visto por varios testigos en el cielo sobre la ciudad. Según los informes, el objeto era de forma ovalada y emitió un gran estruendo al surcar el cielo.

A medida que pasaba el tiempo, los conductores y transeúntes madrileños se detenían para observar tan extraño fenómeno, pero nadie sabía de que se trataba. Tal era el desconcierto que la Gran Vía se convirtió en un monumental atasco. Poco después de las ocho de la tarde, dos horas después de hacer acto de presencia, el OVNI se esfumaba por la Casa de Campo.

A pesar de las investigaciones, ni desde Barajas ni Torrejón de Ardoz se detectó nada, aunque todo hace pensar que se trataba, en realidad, de un globo sonda.

Solo cinco años después, en 1973, otro avistamiento fue reportado en la capital. En este caso, un objeto volador no identificado fue visto en el cielo durante varias horas por varios testigos. Según los informes, el objeto se movía a gran velocidad y cambiaba de forma y tamaño de manera constante. También se informó que emitió un fuerte zumbido mientras volaba. A pesar de que el incidente fue reportado a las autoridades locales, no se encontró ninguna explicación para el avistamiento.

En 1989, fue reportado otro avistamiento por un grupo de personas, en este caso en el barrio de Carabanchel. Según los informes, los testigos vieron un objeto en forma de disco que emitía un fuerte brillo mientras volaba por el cielo nocturno. El objeto desapareció rápidamente y no se encontró ninguna explicación para el fenómeno.

Poco después, en 1995, un objeto volador no identificado fue visto en el cielo sobre Madrid por varios testigos. Este era de forma triangular y emitía un fuerte brillo mientras volaba. También se informó que se movía a gran velocidad y cambió de dirección de manera abrupta varias veces. ¿Adivináis? Tampoco hay explicación para el suceso.

La ruta OVNI de El Atazar

Por último, hay que hablar de la zona «caliente» de avistamientos en la Comunidad de Madrid. Está en el norte de la región, y es conocida como la «Ruta Extraterrestre Área Norte«, con el embalse de El Atazar como epicentro de la misma.

En esta enorme masa de agua, lo suficientemente alejada de la capital como para no tener contaminación lumínica, no son pocos los testimonios de vecinos de la cercana localidad de El Berrueco que afirman haber visto durante décadas figuras humanoides en los alrededores, luces extrañas, e incluso objetos sumergirse en las aguas del pantano. De hecho, son habituales las acampadas en puntos estratégicos de personas que quieren saber qué hay de cierto en estas historias.

Ésta ruta extraterrestre pasa, además de por El Berrueco y El Atazar, por La Pedriza, Cervera de Buitrago, Lozoyuela, La Cabrera y el Vellón. Precisamente muy cerca de este último lugar se encuentra el embalse de Pedrezuela, otro punto estratégico de avistamiento Ovni. Tanto que incluso se buscó, de manera concienzuda, una base alienígena submarina bajo sus tranquilas aguas. Esto sucedió cuando un anónimo llamó a Radio Intercontinental afirmando la existencia de dicha base, y la emisora decidió organizar un rastreo para determinar la veracidad de la misma. Más de 3.000 personas acudieron a la llamada para participar en un evento que tuvo mucho más de lúdico y festivo que de otra cosa… pero en el que, quien sabe si por sugestión o porque ocurrió de verdad, sucedieron cosas extrañas.

Hay decenas de lugares en Madrid en los que testigos afirman haber detectado visitantes de otros mundos, pero pocos tan bellos como el que nos descubre esta ruta. De modo que, aunque muy probablemente no estrecharemos la mano a ningún marciano, sí habremos hecho un recorrido más que interesante de una zona preciosa y poco explotada de nuestra región: la Sierra Norte.