El pasado 30 de marzo la actual concejal socialista de Boadilla del Monte, Delia Rodríguez, ex portavoz del grupo municipal del PSOE en la localidad, solicitó a través de la red social de Twitter (@Delialrodriguez) el indulto para Cassandra Vera, la tuitera que escribió, entre otras cosas, «qué mal hizo ETA dejando a tanto hijo de puta vivo».
La carta, pública en Change.org y que será enviada al «Consejo de Ministros del Reino de España», justificaba la petición, entre otras razones, porque Cassandra Vera «perderá accesoriamente sus becas y ayudas públicas al figurar tal antecedente penal».
Esta tuitera se ha hecho famosa por otros escritos también en los que mostraba su malestar por que Rajoy «no haya recibido un balazo en la cabeza», en los que solicitaba matar a los periodistas Salvador Sostres y Sánchez Dragó, y también a la canciller alemana Angela Merkel: «A ver si Cuba saca un videojuego dónde haya que matar a Merkel».
Además, en su perfil de Twitter también se mofó del accidente de moto de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes: «Esperemos que muera antes de las doce» (cuando la actual presidenta de la Comunidad de Madrid se encontraba en la UCI) – e injurió gravemente al exministro de Educación, José Ignacio Wert: «la sonrisa te la voy a quitar de un pioletazo en la nuca», también redactó.
No obstante, sus críticas no sólo iban dirigidas a los políticos, sino también a nuestro país, indicando a otras personas en la red social mencionada que «nos une el odio a España». Además, refiriéndose a una pintada con «Gora ETA» tuiteó: «Un día voy a hacer alguna de estas por mi ciudad».
Cassandra Vera ha sido castigada por la Sección Cuarta de lo Penal en una sentencia que considera que la tuitera escribió frases que constituyen «desprecio, deshonra, descrédito, burla y afrenta a personas que han sufrido el zarpazo del terrorismo y sus familiares».
Esta sentencia deja constancia de que estos hechos «producen perplejidad e indignación en la sociedad» y «merecen un claro reproche penal». Es más, advierte de que la humillación a las víctimas del terrorismo «golpea sentimientos de solidaridad de la comunidad que en todo delito de terrorismo percibe un ataque a la convivencia pacífica construida entre todos»
