Los pop up shops se han convertido en una nueva tendencia de compra cada vez más asentada en Madrid. Frente a las grandes marcas, estos mercadillos o mercados temporales captan la atención de los que quieren comprar productos originales y diferentes de los que llenan las grandes tiendas.
Tradicionalmente, estos mercadillos han sido propios de temporadas o festividades específicas como la Navidad o las ferias artesanales y tradicionales, sin embargo, los pop ups se han asentado en Madrid y algunos cuentan con periodicidad semanal. Estos mercados se han convertido en una oportunidad tanto para diseñadores y emprendedores que quieren lanzar sus productos, como para consumidores que buscan las prendas y regalos más cool. En general, se trata de pequeños puestos de moda y complementos, pero cada vez hay más productos de arte, decoración y ecológicos.
Durante los fines de semana de primavera los madrileños pueden disfrutar de nuevas ediciones del pop up más célebre de la ciudad, el Mercadillo del gato, en el Hotel Westin Palace o en Gran Vía 13. Este mercado surgió para dar un cambio radical a la idea de mercadillo. Acoge a expositores de todo tipo: desde moda hasta arte, pasando por música, decoración, vintage o artesanía, y se ubica en dos espacios muy singulares de la capital: el antiguo Casino Militar y el Hotel Palace. Se celebra cada año algunos fines de semana entre los meses de mayo y junio y tiene una edición en Bilbao antes de Navidad.
La capital cuenta además con otros pop ups muy populares que han abierto al público durante el mes de abril y la primera semana de mayo en la Milla de Oro de Madrid: Pop Up Shop en Velázquez, The Royal Market y El Chic – Serrano en la calle madrileña. A lo largo del año celebran nuevas ediciones de las que se va informando a través de la Web y se organizan nuevos mercadillos cada semana.
El diseño y la originalidad de estas tiendas es determinante, permiten al comprador acceder a espacios de venta diferentes en las zonas más emblemáticas y exclusivas de Madrid. Los productos, que rompen con las tendencias y buscan la originalidad, son un aliciente para los consumidores. Se trata de un modelo que encaja tanto con los que prefieren el pequeño comercio y la diferencia, como con la moda hípster.