Quizás eran “flores de un día”, pero tras el 26J una consecuencia clara que podemos obtener es que el bipartidismo no está muerto.
El Partido Popular con un 33,03% y 137 diputados y el PSOE con un 22,66% y 85 escaños siguen siendo las dos formaciones hegemónicas de la política nacional.
Por el otro lado la Coalición Unidos Podemos se desinfla con la pérdida de un más de un millón de votos y un paupérrimo resultado de 71 escaños. Los naranjas de Rivera (los otros de la nueva política), pierden el 20% de sus diputados y 400.000 votos.
No cabe duda que los ciudadanos (con minúscula) de este país, siguen confiando en los partidos con historia, con cuadros y experiencia. Y a pesar de los “vicios y defectos” (que hay que eliminar y corregir) son preferidos, a estos nuevos partidos o (nueva casta) que en los primeros meses de su gestión, ya se les ha visto el plumero y han servido de vacuna y antídoto en unos momentos de incertidumbre global.
Ya avancé la falta de fidelidad de los jóvenes votantes de los nuevos partidos, cuestión que pudimos observar el pasado domingo.
Ahora y tras el 26 J, es el momento de la responsabilidad y de la coherencia. No se puede predicar sin dar ejemplo y todavía más, no se puede exigir a los otros (que han ganado) que sean autocríticos, cuando el que ha perdido no lo es.
Sres. de Ciudadanos y Partido Socialista, sean responsables y miren más allá por todos y por España.