España es un país avanzado y moderno, con una gran pluralidad de asociaciones y organizaciones de todo tipo. No entiendo cómo se puede excluir a un partido plenamente democrático del Orgullo Gay 2016. Un partido que además es el más votado por los españoles, por los ciudadanos de la Comunidad y por los vecinos de Madrid. Ignorar al Partido Popular en uno de los acontecimientos más destacados del año en la capital es ignorar y menospreciar a todas aquellas personas que confiaron en el PP para que éste les representase.
Y es en el concepto de representación donde radica uno de los principales problemas. El colectivo apunta a que la invitación para Cristina Cifuentes es exclusiva para su persona, es decir, a título individual, pero es que esto no es posible. Primero porque Cifuentes es la Presidenta de la Comunidad, y va en condición de representante de todos los ciudadanos de la Comunidad de Madrid, y segundo, Cristina Cifuentes no es sólo presidenta de la Comunidad sino que también lo es de la gestora del PP de Madrid, por lo que no se pueden disociar los cargos. Las responsabilidades no son de quita y pon, un cargo se mantiene contigo desde su inicio hasta el final, ya sea en tu horario laboral o personal. Es algo que no se puede desconectar.
Desde el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) se ha admitido que el Partido Popular de la Asamblea de Madrid ha realizado numerosas propuestas a su favor en lo que llevamos de legislatura, propuestas como el anteproyecto de ley de Protección contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género y muchas otras más. Aparte de ello, el PP de Madrid ya lleva de fondo la igualdad como compromiso básico en su programa electoral. De hecho, cuatro puntos de su programa están dedicados exclusivamente a asegurar la seguridad física y jurídica del colectivo LGTB.
Es una gran equivocación que los primeros que deben tener en cuenta los valores que defienden caigan en la terrible equivocación de prescindir del partido mayoritario sólo porque algunos miembros de él ejercen el pleno derecho de sus libertades, entre ellas la del voto y la de la expresión, por lo tanto, caemos en la contradicción de pedir una cosa pero no predicarla para el resto. No es beneficioso para nadie que el camino escogido por las asociaciones (no todas) sea el de la exclusión y el veto para reivindicar la plena igualdad y la integración de todos, contando de esta forma a los partidos, organizaciones e instituciones. El Orgullo, es una fiesta donde se deben reivindicar y celebrar los derechos y libertades de todas las personas independientemente de su condición sexual, y personalmente confío en que dentro de un tiempo solo quede un Orgullo donde el protagonismo lo tenga la celebración.