La escultura «Julia» de Jaume Plensa, de doce metros de altura y ubicada en la plaza de Colón, ha despertado esta mañana con una mascarilla gigante en la que se podía leer «pandemia climática» colocada por activistas de Greenpeace. El objetivo de la acción es denunciar la urgencia de prevenir los peores efectos de la emergencia climática en el planeta.
En un contexto de crisis sanitaria y socioeconómica extraordinarias, la organización ecologista ha subrayado, que ante la crisis climática, solo existe una solución, «reducir de forma drástica las emisiones de CO2«.
«Si continuamos poniendo en riesgo la salud del planeta, nos tendremos que enfrentar a muchas más crisis como la que estamos viviendo ahora por la COVID-19», declara Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace en un comunicado.
Para la organización ecologista, ninguno de los borradores de la Ley nacional de Cambio Climático, del Plan Nacional de Clima y Energía y de la Estrategia a Largo Plazo, establece los objetivos recomendados por la ciencia para asegurar que no se supera en 1,5 grados la temperatura global, tal y como exige el Acuerdo de París.
Recuerdan asimismo la importancia de que los fondos destinados a la recuperación económica y social del país -aprobados la semana pasada- aseguren la reducción rápida de las emisiones.
«No se trata sólo de destinar un 37 % del presupuesto previsto a inversión verde, sino de definir con exactitud qué significa esta inversión y garantizar que está alineada con las recomendaciones científicas y que en ningún caso se destina a mantener los sectores contaminantes».
Para la organización, los próximos meses son «clave» para aumentar los objetivos climáticos y alinearlos con la ciencia, que para España deben ser la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos el 55 % en 2030 respecto a 1990 y alcanzar el cero neto de las emisiones en 2040.